Hace unos días, del 17 al 23 de febrero, la semana de la lucha contra la pobreza energética conmemoraba la tercera y última de las extraordinarias oleadas de frío que recorrieron Europa en febrero de 1956. Heladas excepcionales y un frío intenso durante casi un mes, completando el invierno más duro en el continente desde que existen registros.
Personalmente no me gusta hablar de pobreza energética, y no porque me desagrade el término, sino porque me parece que simplifica demasiado la cuestión. Prefiero hablar de vulnerabilidad energética.
Porque la vulnerabilidad no aparece cuando el banco devuelve el recibo de la luz, está ahí mucho antes, y creo que es más acertado hablar de vulnerabilidades: unas viviendas y unos electrodomésticos poco eficientes, nuestra incapacidad para entender la factura, el miedo y la desinformación a través de las noticias, el bombardeo de llamadas comerciales ofreciendo tarifas salvadoras o un sistema al que no le importa que la energía sea un bien imprescindible para una vida digna.
Y, por supuesto, la vulnerabilidad energética se intersecta con otras, ya sea derivada de tu género, tu edad o el lugar donde vivas.
PRINCIPALES CAUSAS | Medidas para la reducción de la pobreza energética |
Bajos ingresos en los hogares. Mal estado de la “salud” socio-económica general. | URGENTES-CORRECTORAS: Tarifas sociales Ayudas económicas directas |
Falta de criterio para gestionar el consumo de energía. Malos hábitos. | PREVENTIVAS: Ahorro energético (reducción de la factura). Información para mejorar nuestro comportamiento al consumir energía: defender el derecho a conocer nuestros datos de consumo, a poder comprar la energía con criterio, y a mejorar nuestros hábitos de consumo. |
Limitada eficiencia energética de las viviendas, instalaciones y equipos. Cultura edificatoria y de equipamiento sin criterios energéticos. | PREVENTIVAS: Eficiencia energética (hacer lo mismo con menos energía) y generación de energía para autoconsumo a partir de fuentes renovables: Información, mejoras en el edificio, instalaciones, electrodomésticos, equipos, vehículos… |
Elevados precios de la energía. Modelo energético actual no sostenible. | TRANSFORMADORAS: Iniciativas colectivas que favorezcan el tránsito a otro modelo energético más sostenible. Cooperativas energéticas (consumo y generación de energía). Desarrollo de políticas locales y comarcales activas en materia de energía Generación distribuida para autoabastecimiento de comunidades. |
Si quieres ahondar en el tema te recomiendo este artículo de Victoria Pellicer: Ampliando la comprensión de la pobreza energética desde el enfoque de capacidades: hacia una mirada construida desde las personas afectadas.
Las experiencias de Comunidades Energéticas que se impulsen desde la Economía Social tienen el gran reto de no dejar a nadie atrás, debemos ser capaces de dar forma a un modelo que aborde todas y cada una de las vulnerabilidades energéticas.
La DIRECTIVA (UE) 2018/2001 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 11 de diciembre de 2018 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables insta a los Estados miembros a proporcionar un marco facilitador que garantice, entre otras cosas, que:
f) la participación en las comunidades de energías renovables sea accesible a todos los consumidores, incluidos los de hogares con ingresos bajos o vulnerables.
Los compromisos y criterios de participación, que fijarán cada comunidad energética en su proceso de definición de estatutos y de reglamento de régimen interno [tanto a nivel de formación de las personas socias como de financiación y facilidades y garantías económicas de acceso], van a ser clave para garantizar la inclusión y la equidad.
Solo complejizando la mirada sobre la pobreza energética y garantizando que se cumplen los principios sobre los que se sustenta la Economía Social realizaremos un abordaje transformador. Solo así, dejaremos de tratar el problema desde la caridad y el asistencialismo y lo haremos desde la solidaridad energética y el empoderamiento colectivo.
Esta entrada ha sido realizada en el marco del proyecto Acciones de difusión y promoción para el fomento de las comunidades energéticas en Andalucía bajo modelos de la Economía Social financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.