Quizá cuando uno se dispone a hablar sobre el futuro de algo, lo más prudente sea hacer explícita la forma en cómo lo concebimos; es decir cuáles son los supuestos anticipatorios con que lo abordamos.
Un supuesto anticipatorio en general es un “modelo mental”; y en el caso del futuro hace referencia a cuáles son las imágenes que nuestro sistema de conocimiento individual o colectivo construye cuando piensa en lo que no ha ocurrido.
Hay dos frases que representan la forma en cómo hacer explícito esos supuestos. La primera viene del genio literario argentino Jorge Luis Borges para quien “el futuro no es lo que va a pasar; sino lo que vamos a hacer”. La otra frase inspiradora viene de uno de los mayores representantes de la filosofía de la acción, el francés Maurice Blondel quien plantea que “el futuro no se predice sino se construye”.
Con este preámbulo a modo de marco conceptual, quisiera proponer tres ideas fuerza que respaldan el contenido de este artículo.
La primera es que a nivel mundial se ha venido y ahora se acelera una reconfiguración de acontecimientos que establecen una oportunidad clara para la expansión de la Economía Social Solidaria (ESS),
Para lograr este cometido, la ESS tiene a su disposición una herramienta poderosa y se trata de la prospectiva estratégica que la definimos siguiendo a uno de los padres de la Escuela Voluntarista de Prospectiva como lo fue Bertrand de Jouvenel. Para este autor, la prospectiva estratégica puede definirse por medio de dos grandes interrogantes: ¿qué puede pasar en el futuro? (momento exploratorio) y ¿nosotros que vamos a hacer? (momento decisional/estratégico).
La segunda idea fuerza es que el estudio del futuro, por las señales que nos ofrece y las posibles novedades que puedan generarse de su interacción, representa las condiciones óptimas para el fortalecimiento y el aumento del impacto global de la ESS.
En este artículo, abordaremos los principales patrones (señales fuertes) que respaldan la afirmación anterior; pero también repasaremos una serie de lo que el Dr. Francisco Mojica ha llamado “hechos portadores de futuro” que representan señales débiles de elementos que se están configurando y podrían ser dinamizadores de futuros cercanos o lejanos. Otras autoras como la prospectiva uruguaya Lydia Garrido las llama novedades.
Por último, la tercera idea que se desarrolla en el artículo es que, a futuro, la ESS no es una alternativa para la existencia sostenible de la humanidad; sino que en realidad es “la alternativa”.
No obstante, para presentarse como “la alternativa”, la ESS deberá superar con fortaleza y convicción una serie de retos importantes en un análisis integrado de vulnerabilidad y residencia ante el porvenir. Por ejemplo, como enfrentarse a un discurso capitalista ideologizante, que, aunque ha mostrado serias falencias en los últimos sesenta años, aún es dominante. Por otro lado, deberá enfrentar los populismos de izquierda y derecha que han tomado fuerza ante el “desencanto democrático” y con otros regímenes. Finalmente, la ESS deberá cambiar las bases de la cultura y los valores del futuro apoyadas en la “alfabetización en futuros”, iniciando desde coadyuvar a un cambio en los sistemas educativos para que se priorice en la formación de seres humanos que traigan inculcados valores como la ética, la igualdad, la sostenibilidad, la justicia, la solidaridad intergeneracional y la inclusión social, la importancia del ahorro y la asociatividad, entre otros supuestos anticipatorios.
Esta es solo una de las “novedades” que podría decirse dan fuerza e impulsan a la ESS. Pero desde luego que hay otras señales que empiezan a configurarse que también son claves.
En la figura 1 se muestran algunas de estas “novedades” que son la consecuencia de la interacción que se produce entre las grandes fuerzas que generan la dinámica de la sociedad.
Figura 1: Algunas novedades que empiezan a generar futuros .
Fuente: Elaboración propia
Todas estas “novedades” nos llevan a valorar una afirmación que ha venido tomando fuerza y es que ante problemas de naturaleza global en un mundo VUCA, no existen respuestas globales; es decir respuestas que integren ese principio que han suscrito muchas organizaciones alrededor del mundo y es “sin dejar a nadie afuera.
Es este contexto en donde toma ventaja la ESS como alternativa económica para el desarrollo sostenible de todas las personas.
La ESS por su amplitud axiológica es capaz de albergar las novedades emergentes que se generan de interacciones entre tendencias como los cambios en el mundo del trabajo y multiculturalidad; o por ejemplo la transformación educativa y la protección de los recursos naturales y en especial del agua.
De acuerdo con esta idea, estamos a las puertas de un relanzamiento mundial de la ESS; que aunque fue y sigue siendo fuerte en muchos países del mundo, nunca puso quitarse el estereotipo de ser “alternativa”.
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