Tiempo de lectura: 3 minutos

LA IMPORTANCIA DE UN PROPÓSITO Y VALORES COMPARTIDOS

La Economía Social y, en particular, las Cooperativas contamos con un rumbo marcado por nuestros PRINCIPIOS COOPERATIVOS que, según la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), no son sino “pautas para que las cooperativas pongan sus valores en práctica” (Artº 7).

Estos VALORES Y PRINCIPIOS, a su vez, sustentan un PROPÓSITO, en principio, compartido por toda la organización que le da sentido a su existencia y también orientación y motivación para la acción a las personas que interactúan en la misma. Ellos son nuestra bandera, nuestra identidad y también nuestra ventaja competitiva respecto a otras organizaciones, a priori, menos comprometidas con las personas y el bien común.

Hasta aquí todo bien, pero la cosa se complica cuando nos atrevemos a bucear por el fondo de la organización para comprobar si realmente estamos honrando o no estos principios y valores con nuestras acciones, tanto dentro como fuera de la organización.

LA COHERENCIA MÁS ALLÁ DE LA ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES

Honrar a los Principios Cooperativos, poniendo a las PERSONAS en el centro de la organización, parece tarea fácil, un llamado a la coherencia y listo ¿Pero es siempre así de fácil actuar de acuerdo a lo que promulgamos como importante? La experiencia demuestra que no. Las inercias del día a día, los hábitos personales y de la propia organización, las estructuras creadas, las contraculturas e intereses individuales emergentes y otros elementos del Sistema nos llevan con demasiada frecuencia, consciente e inconscientemente, por otros derroteros.

La buena noticia es que las organizaciones cuentan con inteligencia propia y capacidad para mirarse desde fuera con objeto de poner el foco en sus prioridades y analizar si sus comportamientos están o no dirigiéndose a satisfacerlas o alejándose de ellas. A este proceso madurativo de autodiagnóstico consciente y toma de decisiones para la acción coherente le llamamos Alineación Estratégica por Valores Cooperativos (AEVAC).

El trabajo profundo de Alineación Estratégica supone una innovación social, es decir, un cambio en la manera de ser y hacer organización en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA), conformado por personas y departamentos INTERCONECTADOS E INTERDEPENDIENTES, influido por las múltiples fuerzas que operan y en el que los Valores y Principios Cooperativos funcionan como el lubricante de todo el Sistema en el marco siempre de cada contexto particular. Cuando la organización está alineada dirige las decisiones y  comportamientos en sus grandes  áreas como Mercadotecnia, Gestión del talento, Comunicación, Innovación, Estrategia económico-financiera, etc. hacia el logro de ese propósito y valores compartidos e interiorizados por las personas que la conforman. Y sólo cuando esto ocurre, las personas se involucran realmente en la misma.

Diversos estudios demuestran que a mayor nivel de coherencia organizacional mayor es el compromiso de las personas con la misma. Según la Encuesta Global de Gallup (2012)sobre el COMPROMISO de las personas con su organización, un 87% de ellas no estaban involucradas en la misma e, incluso, el 24% de este porcentaje actuaban como boicoteadoras internas. El Barómetro del Compromiso en España (2015) pone de manifiesto que las principales causas de esta falta de involucración tienen que ver con la ausencia de un sentido único, de un propósito y unos valores claros y compartidos hacia los que remar.

La fuga de talento, el incremento de la rotación y el presentismo, que devienen de esa falta de involucración, se traducen en un aumento de costes, en una disminución de la productividad y en la pérdida de eficiencia de las organizaciones.

Coincido con Virginia Arranz (Instituto de Ingeniería del Conocimiento –IIC-) en que cuando las personas se sienten parte importante de algo trascedente y se le reconoce sus aspiraciones y talentos al servicio de esa meta, más allá de la vieja concepción de la persona como “mano de obra”,  están satisfechas en su trabajo, se involucran al máximo en su cometido y ponen en juego todo su potencial para el logro de los fines estratégicos de la organización.

Por todo esto, más allá del incuestionable compromiso ético con las personas y nuestro entorno, entendemos que la AEVAC es también una cuestión de EFICACIA, SOSTENIBILIDAD, DESARROLLO Y SALUD ORGANIZACIONAL y, cada vez más, una exigencia para poder gestionar la complejidad, incertidumbre, competitividad y superación de los grandes desafíos del SXXI.

El reto es lograr esa alineación estratégica entre el sentido último de la organización en cada momento (es evolutivo) y lo qué ésta hace y cómo lo hace, en cada contexto particular, para conseguir su propósito. No existe una varita mágica para tejer un sueño compartido hacia el que remar juntos e incrementar la coherencia interna y externa en las organizaciones, ni siquiera un único y mismo itinerario para conseguirlo, pero si podemos hablar de procesos flexibles y adaptativos a sus singularidades.

En una próxima entrada a este blog, compartiremos algunas claves sobre el proceso de Alineación Estratégica por Valores en entornos organizacionales complejos.  Mientras, sigo poniendo cada día intención, atención y actitud en lo que pienso, digo y hago.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Similares