Hoy queremos preguntarnos si realmente somos más efectivos trabajando en equipo y contar algunas de nuestras opiniones a este respecto.
Lo primero que queremos hacer es distinguir o aclarar los tres términos que en ocasiones usamos por igual y en verdad expresan cuestiones muy diferentes. Los tres términos son eficacia, eficiencia y efectividad.
Como indica José Miguel Bolívar en su post Diferencias entre Eficiencia, Eficacia y Efectividad, Peter Drucker establece a lo largo de su obra una serie de diferencias fundamentales entre estas tres palabras, lo cual nos permite una claridad conceptual mucho mayor:
- Eficiencia es «hacer bien las cosas», es decir, hacer las cosas buscando la mejor relación posible entre los recursos empleados y los resultados obtenidos. La eficiencia tiene que ver con «cómo» se hacen las cosas.
- Eficacia es «hacer las cosas correctas», es decir, hacer las cosas que mejor conducen a la consecución de los resultados. La eficacia tiene que ver con «qué» cosas se hacen.
- Efectividad es «hacer bien las cosas correctas», es decir, hacer las cosas de forma eficiente y eficaz. La efectividad tiene que ver con «qué» cosas se hacen y con «cómo» se hacen esas cosas.
Teniendo en cuenta esta diferencia conceptual, a la cual nos adherimos, entendemos que los equipos tenemos que tender a ser efectivos, lo cual no es fácil, pero por supuesto no imposible. Es una cuestión de saber conjugar algunos elementos y, sobre todo, como la mayoría de las cosas en la vida, cuestión de práctica. Algunos de estos elementos a conjugar son:
El objetivo común: que tiene que ser construido por todas las personas que conforman el equipo, que tiene que ser compartido y unívoco, que tiene que motivar a la acción a todo el equipo. Compartir el objetivo común nos permitirá acercarnos a la efectividad ya que sabremos qué cosas hacer para alcanzar lo que nos hemos propuesto.
Las competencias complementarias: si las personas que conformamos un equipo sabemos hacer cosas diferentes y de forma diferente podremos mejorar en el cómo hacemos las cosas que nos acercan al objetivo común. Esto también hará que, como equipo, seamos más efectivos.
La confianza: que nos permitirá podernos decir qué hacemos bien y qué podemos mejorar. Nos permitirá comunicarnos sin tapujos y pedir y ofrecer ayuda para mejorar lo que hacemos y el cómo lo hacemos.
La práctica: claro está, la efectividad no se consigue a la primera, no es ciencia infusa que se genera cuando nos juntamos dos, tres o cuatro personas. El qué hay que hacer y el cómo se hace se construye con el tiempo, sabiendo que tenemos que mejorar día a día, tropezando, evaluando y mejorando. Acertando, evaluando, manteniendo y mejorando.
En el equipo del FIDES Emprende creemos que NO nos comportamos de manera más efectiva por el mero hecho de juntarnos dos, tres o cuatro personas. Para lograr la efectividad tenemos que construir el equipo y eso lleva sobre todo tiempo, ya que, al principio, no somos ni eficaces ni eficientes. Necesitamos diseñar la forma de trabajar, permitirnos tiempo para aprender, evaluarnos, identificar en qué podemos mejorar, tomar nota y continuar construyendo un equipo inteligente que nos permita tomar decisiones que nos acerquen al objetivo común.
Esta entrada ha sido realizada en el marco del proyecto:
“Apoyo y acompañamiento para la creación y fortalecimiento de empresas de Economía Social”
financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.
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