Retomamos hoy nuestra entrada precedente donde analizábamos los primeros dos de los cuatros pasos de la secuencia iterativa para validar un emprendimiento colectivo. En este post describiremos la tercera etapa sobre cómo medir los resultados de nuestras validaciones, paso fundamental antes de abordar la decisión de decidir qué rumbo tomar con respecto a nuestra idea de negocio.
Cualquier experimento que diseñemos, por sencillo que sea, será inútil si no medimos sus resultados de una forma objetiva y rigurosa. Este es el tercer paso de la secuencia iterativa que proponemos a nuestros equipos en el servicio de coaching empresarial para emprendimientos colectivos.
Es importante definir los criterios que nos indicarán si nuestras hipótesis son comprobadas, o refutadas, antes de ejecutar los experimentos, en el momento mismo en el que formulamos las hipótesis: hacerlo después puede resultar muy difícil por las implicaciones emotivas del equipo emprendedor. Eric Ries[1] advierte del riesgo de que los emprendedores prefieran escoger indicadores y criterios ‘vanidosos’, es decir pocos específicos y que ilustren el mejor escenario posible, para que les permitan no enfrentarse con la realidad del mercado y confirmen su propia visión de negocio.
Al contrario, lo más adecuado sería que, por cada hipótesis definida en el paso 1 de la secuencia, definiéramos de forma inequívoca qué métricas nos indicarán si se ha validado o confirmada: por ejemplo, en nuestro caso imaginario sabremos que nuestra hipótesis inicial será confirmada si al menos 6 de 10 potenciales clientes han aceptado experimentar el transporte compartido con otros viajeros, o en caso de entrevistarlos, si al menos 5 de cada 10 han indicado que alguna vez han compartido taxi con otros viajeros que no conocían.
¿Y si resulta que nuestra hipótesis no se confirma? Obviamente no es una sensación gratificante descubrir que nuestra visión sobre el negocio no es acertada, pero, como escribe Steve Blank, desafortunadamente ‘los clientes no se portan como dice tu plan de negocio’[2].
Entonces intentemos ver el vaso medio lleno: lo que estamos tratando de hacer en este momento es descubrir si hay un modelo de negocio viable, no ejecutar un plan de empresa de mucho miles de euros.
Si gastando poco dinero y empleando nuestro tiempo descubrimos que nos hemos equivocado no es un drama, es un paso en la única dirección posible: equivocarse para aprender. Y aquí está la importancia de medir todo con rigurosidad: sólo midiendo podemos demostrar que hemos aprendido algo, que hemos alcanzado aquel aprendizaje validado que nos indica que hemos descubierto algo relevante acerca de nuestro modelo de negocio.
Si no medimos, sólo podremos guiarnos una vez más sobre hipótesis y suposiciones, consolándonos con el tópico de que de todos los errores se aprende. En realidad creemos que solo aprendemos de los errores que somos capaces de analizar y medir.
En nuestro caso, por ejemplo, podríamos descubrir que las personas tienen miedo a viajar en taxi con desconocidos, pero que dentro del segmento de jóvenes entre 25 y 35 años que viajan por trabajo, esta barrera se reduce considerablemente, y que la posibilidad de ahorrar costes y tiempo es un problema urgente y relevante. Un descubrimiento de este tipo me daría pistas interesantes para seguir explorando las opciones de mi modelo de negocio, aplicando otra vez la secuencia de
formulación de hipótesis – validación – medición – decisión.
Por estas razones a la hora de realizar cualquier tipo de experimentos, desde el servicio de coaching empresarial para emprendimientos colectivos, hacemos ver a nuestros equipos la importancia de recabar toda la información relevante y sistematizarla, sin dejar atrás la información cualitativa, las intuiciones e ideas que nos surgen durante el proceso. Todas representan indicaciones valiosas para el cuarto paso de la secuencia, analizar los aprendizajes validados y decidir acerca de las acciones futuras.
¿Quieres saber cómo llevar a cabo este cuarto e importante paso? En el próximo post te lo desvelamos…
[1] Eric Reis (2012) El Metodo Lean Start Up, Ediciones Deusto
[2]Steve Blank y Bob Dorf (2013) El Manual del Emprendedor, Ediciones Gestión 2000