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La hoja de ruta marcada por la Agenda 2030 y sus diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se ha ido incorporando poco a poco a las narrativas que manejamos administraciones, entidades públicas, privadas y ciudadanía. 

Tenemos un gran reto en los próximos años, desafíos globales que abordar, y, desde mi obsesión con los procesos de energía comunitaria que empiezan visibilizarse en nuestro país, me pregunto, ¿somos realmente conscientes de la capacidad transformadora de las Comunidades Energéticas Cooperativas? 

Un instrumento que va a incorporar cambios disruptivos en el sector energético, tan conservador y oligopólico que tenemos, y la herramienta para el cambio de modelo energético que necesitan las personas y el planeta, democrático, descentralizado y renovable.  

Además creo que merece la pena [o más bien la alegría] mencionar cada una de las implicaciones que esta nueva figura puede llegar a tener, si conseguimos alinearla con los valores y principios de la economía social, para propiciar esos cambios sistémicos que debe alcanzar la implementación la Agenda 2030.  

Por supuesto hay una relación más que evidente en la consecución del ODS 7, al garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible para la comunidad. 

Pero también contribuye directamente a: 

  • Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación frente al cambio climático de nuestros territorios, ODS 13.   
  • Desarrollar infraestructuras energéticas fiables, sostenibles e inclusivas, ODS 9.  
  • Fomentar la participación ciudadana en la planificación energética sostenible de nuestros pueblos y ciudades, ODS 11. 
  • Disminuir la pobreza energética, ODS 1. 
  • Facilitar la producción y consumo responsables de energía, ODS 12.  

Del mismo modo, las Comunidades Energéticas Cooperativas contribuyen parcialmente a: 

  • Promover el crecimiento económico sostenido y sostenible del sector energético. ODS 8. 
  • Fomentar la participación de las mujeres en el sector energético, ODS 5. 
  • Capacitar a nivel técnico y económico a la ciudadanía para pueda participar en el desarrollo de proyectos energéticos, ODS 4. 

Y, por supuesto al ODS 17, tal y como nos desgranaba mi compañero Francesco Garcea en este post previo

Si te interesa indagar un poco más, Louise-Nour Sassenou, bajo la tutoría de María Estefanía Caamaño Martín, entregaba en junio del pasado 2021 un trabajo fin de máster en el que realiza, en uno de sus anexos, un estudio detallado del tipo de impacto que tienen las Comunidades Energéticas Locales sobre cada una de las 169 metas de los 17 ODS. 

Desde la economía social tenemos que ponernos manos a la obra, para que en 2030 cada uno de nuestros pueblos y cada uno de nuestros barrios cuente con su propia Comunidad Energética Cooperativa.  

Imagen: https://unsplash.com/photos/hxUcl0nUsIY

Logo Consejería Empleo, Formación y Trabajo Autónomo

Esta entrada ha sido realizada en el marco del proyecto Acciones de difusión y promoción para el fomento de las comunidades energéticas en Andalucía bajo modelos de la Economía Social  financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.

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