Está claro, si haces coaching y mucho más si es empresarial, es para crecer y para eso, en nuestra propuesta para impulsar emprendimientos colectivos ya constituidos usamos el conocido como modelo GROW.
¿En qué consiste el GROW?, pues es el modelo mediante el que el coach acompaña a su cliente, como ya leímos en el anterior post en este caso el proyecto de emprendimiento, para alcanzar sus objetivos.
El acrónimo ingles GROW, además de significar crecer, responde a las fases o pasos que se dan en un proceso de coaching empresarial:
El acrónimo ingles GROW, además de significar crecer, responde a las fases o pasos que se dan en un proceso de coaching empresarial, donde la G (Goals) responde a establecer objetivos, R (Reality) a la exploración de la Realidad, O (Options) qué opciones existen y W (Will) que vendría a describir qué acciones vamos a realizar para conseguir lo que nos hemos propuesto.
¿Primero enunciamos el objetivo y después conocemos la realidad?
Sí, así es, de esta forma el objetivo del proceso no estará sujeto a limitaciones previas, y una vez conocida nuestra meta, realizaremos un análisis de cómo y dónde estamos en referencia a ese objetivo, ya que de otra forma nos llevaría posiblemente a establecer un objetivo limitado por la realidad actual, quizás más fácil de alcanzar, pero seguro menos retador.
Tendremos siempre en cuenta que los objetivos tienen que cumplir algunas características, las principales, que sean Medibles (cómo vamos a saber que lo hemos conseguido), Autoresponsabilizados (esto es que dependan de quién se lo propone), Retadores (que sepamos que vamos a tener que esforzarnos para conseguirlo pero sabiendo que lo podemos conseguir), Temporalizados (con fecha de cumplimiento para diferenciarlo de los deseos o anhelos) y Específicos (esto es concretos y contextualizados). Por último una característica sin la cual los objetivos no se podrían definir como tales, que siempre tienen que estar por escrito, para que sean conocidos y comprendidos por todas las personas que tienen que trabajar para su consecución.
Analizando ya qué es la exploración de la Realidad, decir que consiste en saber, siempre en relación al objetivo, ¿Dónde estamos?, ¿Qué hemos hecho hasta ahora?, ¿Qué no hemos hecho?, ¿Qué hemos conseguido?… aquí el rol del coach será siempre (como en todo el proceso) el de acompañar y el de facilitar la realización de un análisis descriptivo y evaluativo, de manera que los emprendedores hagan consciente sus logros, qué es lo que ha dado resultado, qué es lo que no, cuáles han sido los roles desempeñados. Esto corresponde a lo que en otra entrada llamábamos mirar de frente la realidad y afrontar algunas verdades ‘incómodas’.
Casi que a caballo de un paso y de otro, ya que en la exploración de la realidad suelen aparecer algunas opciones, decir que en esta etapa estamos conociendo todas las cosas que podemos hacer para conseguir lo que nos proponemos. Mientras más opciones mejor, mucho mejor, en el ámbito de la Programación Neurolingüística (PNL) se dice que cuando no se tiene ninguna opción se está muerto, cuando se tiene una se tiene un problema, ya con dos opciones se tiene un dilema y es cuando cuentas con tres o más opciones es cuando puede empezar a elegir desde la libertad y la responsabilidad. Así pues, el coach facilitará que se encuentren las máximas opciones ya que de esta forma habrá más posibilidades de elegir lo mejor.
Por último nos toca el plan de acción, en un proceso de coaching lo más importante del mismo es lo que pasa entre una sesión y otra, es decir lo que hace el cliente para alcanzar el objetivo. Está claro que si no hacemos nada, nada cambiará.
En esta última fase se desarrolla el plan de acción que nos concretará qué se va a hacer, cuándo se va a hacer, dónde, quién o quiénes son las personas responsables de hacer el qué y en qué orden. Esta fase comparte una característica fundamental con la primera y es que el plan de acción tiene que reflejarse por escrito y de manera pormenorizada de manera que posteriormente podamos evaluar qué es lo que se ha hecho y qué no además de los resultados obtenidos.
Realizar el coaching empresarial según el modelo GROW posibilitará al proyecto y las personas emprendedoras:
Conocer qué quieren conseguir, identificar donde están, decidir y actuar de manera alineada con sus objetivos, con lo que facilitará el camino al crecimiento de manera responsable y consciente.
Del modelo GROW no se sabe claramente su autoría, siendo John Whitmore quien lo ha popularizado en el mundo del coaching desde la década de los 90.