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El establecimiento de objetivos funciona como un requisito previo para el éxito en la mayoría de las esferas de la vida. Lamentablemente el 95% de las personas siguen sin fijarse objetivos ¿para quién trabaja este 95%? para el 5% que sí lo hacen.

Bob G. Bodenhamer y L. Michael Hall.

Como ya expusimos en el post anterior, donde hablábamos sobre el modelo GROW como método para el coaching empresarial, lo primero que debemos hacer es formular adecuadamente los objetivos, paso indispensable para comenzar a trabajar, y decisivo para aumentar las posibilidades de que lo perseguido se alcance.

Entendemos que estos son los siete aspectos básicos para su correcta formulación:

1. En positivo:  tiene que expresar qué es lo que la empresa realmente quiere, no lo que no quiere. La mente humana tiene un lenguaje diferente al que usamos de manera verbal, el cerebro procesa la información en imágenes,
Objetivos1simplemente se enfoca en la parte positiva de la orden y hace su imagen ignorando la palabra “no”. Por eso, si os propusierais “no quiero tal cosa”, lo que el cerebro ve es “la tal cosa”. Si dices “no queremos deudas”, el no, no tiene representación, el cerebro se enfocaría en las deudas y posiblemente atraería más deudas. La manera adecuada de formular este objetivo sería por ejemplo Tener la empresa saneada económicamente.

2. Concreto: la empresa debe concretar exactamente qué es lo que quiere conseguir. De esta manera podrá ir evaluando en cada momento los progresos y qué es lo que aún queda por conseguir. Además deben quedar evidencias del proceso definiendo de manera clara los hitos intermedios de consecución. Esta cuestión además nos permitirá poder evaluarlo a través de indicadores claros y en diversos momentos del proceso.

3. Autoresponsabilizado: bajo nuestro punto de vista esta cuestión es la que más peso tiene a la hora de establecer mejor un objetivo. Un objetivo sólo podrá ser alcanzable por la empresa al 100% si depende exclusivamente de ella. Antes de plantear los objetivos hay que evaluar cuestiones como qué aspectos dependen de entidades ajenas, y qué puede hacer la empresa para que dependa de ella en mayor medida.

4. Ecológico:  es importante analizar y plantearse previamente cómo la consecución de dicho objetivo va a influir en el ecosistema empresarial (en las personas trabajadoras, en las relaciones con clientes,…), por si fuera necesario tomar medidas preventivas o correctoras.

5. Temporalizado:  con fecha de consecución, ¿Cuándo lo habréis conseguido?. La temporalización marca la diferencia entre un OBJETIVO y un deseo o anhelo.

6. Realista y retador: para establecer el difícil equilibrio entre lo retador y lo cómodo, lo alcanzable y lo inalcanzable, o por el contrario, ya alcanzado, es necesario que la empresa sea honesta consigo misma. Desde el servicio de coaching empresarial para el emprendimiento colectivo valoramos más un objetivo ambicioso que uno por debajo de las posibilidades de la empresa.

7. Por escrito: si todo lo anterior es importante, mucho más lo es que TODO lo planteado esté por escrito. Las palabras y los pensamientos se los lleva el viento, lo que no esté por escrito ni es ni será un objetivo.

Como dijo Séneca, «Ningún viento es favorable para quién no sabe a qué puerto se encamina.» En el servicio de coaching empresarial para emprendimiento colectivo te acompañaremos para establecer y formular tus objetivos de manera que sea más fácil llegar a buen puerto.

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